Antes de comenzar un proceso de psicoterapia, es frecuente encontrarse con dudas. Podemos sentir que no estamos tan mal, o que podemos resolver lo que nos ocurre solos, o con libros de autoayuda o con el apoyo de un amigo o amiga.
Todo esto es importante, aunque te plantearía que reflexionases si tiene sentido alargar el malestar, el dolor o la incomprensión sobre lo que nos ocurre en el día a día y sobre lo que sentimos.
Quizá es el momento de que des ese pequeño pero importante paso, de que te informes y busques el profesional que sientas que puede ayudarte a comprender mejor tu situación y a generar cambios significativos en tu vida.
La terapia puede ser beneficiosa para todo el mundo. Lo que sí es cierto es que considero que es necesario que haya una serie de requisitos, como la formación del profesional, así como su calidad humana y que haya conexión, confianza y te sientas segura o seguro con el psicoterapeuta que te acompañe. Desde esta relación terapéutica se puede reparar nuestro estilo de apego, y además proporcionarte las bases de seguridad para poder adentrarte y mirar ahí donde a veces no es fácil.
A su vez es necesario que haya un compromiso por parte de la persona que acude a terapia y responsabilidad a la hora de generar estos cambios. La terapia no consiste en desahogarte o recibir consejos, o que una persona te diga lo que debes o no hacer. Requiere asumir un rol activo, tomar las riendas, y estar dispuesto o dispuesta a afrontar miedos y a tomar acción. La función del psicoterapeuta es ayudarte a reflexionar sobre tu situación, analizar las posibles opciones, ayudarte a cuestionarte tus esquemas mentales y generar mayor flexibilidad, pero quien realmente toma las decisiones eres tú.
La realidad es que depende.
Cada proceso es muy variable. Hay situaciones y circunstancias que requieren de menos tiempo y otras para las que son necesarias una atención más prolongada y duradera.
A veces la persona que acude a terapia es para solventar una situación en el momento presente, alguna decisión importante para la que necesitamos orientación o asesoramiento o algo que necesitamos resolver y quizá se soluciona en varias sesiones; otras veces lo que estamos viviendo en la actualidad nos hace conectar con historias pasadas que necesitamos atender, nos hace conectar con nuestra historia de trauma, o nos activa nuestro sistema de apego y queremos trabajar sobre ello, profundizar en nuestra estructura emocional y generar cambios duraderos en nuestra vida, y esto conlleva algo más de tiempo.
También estará influido por la constancia, el trabajo que se realice tanto dentro como fuera de sesión, en el día a día, si la red de apoyo facilita o dificulta los cambios,…
Así que la duración de cada proceso varía. Hay procesos que se inician y cierran en unos meses, y otros procesos que pueden durar años. Todo dependerá de tu situación y de tus necesidades.
Por lo general hay cambios que pueden empezar a notarse tras pocas sesiones (5-6 sesiones), y puede experimentarse una sensacion de bienestar y mejora. Lo que sí es cierto es que para generar un cambio profundo se requiere de afianzar aprendizajes y generar hábitos que puedan mantenerse en el día a día, y para ello necesitamos paciencia y trabajo constante.
A veces iniciar el proceso puede generarnos ansiedad o miedo al ser un ámbito totalmente desconocido e inexplorado para nosotros.
Especialmente si no has hecho nunca antes terapia o si tus experiencias anteriores no han sido muy satisfactorias, puedes tener ideas preconcevidas.
El terapeuta está para guiarte a través de preguntas, a que conectes con los puntos importantes para ti. En la primera o primeras sesiones, se crea la relación terapéutica, y se establecen los acuerdos sobre los que vamos a funcionar.
Por ello tendremos un primer encuentro via telefónica donde te trasladaré toda la información relevante sobre mi formación, enfoque en las sesiones, tarifas, y donde tú tengas espacio para trasladarme lo que te preocupa, tu situación y donde podamos ver juntos cómo podemos abordarlo para que consigas tus obietivos. En esta primera llamada fijaremos nuestra primera sesión para poder comenzar tu proceso.
En la primera sesión indagaremos en tu punto de partida. Atenderemos tu situación actual, los miedos, bloqueos o dificultades que puedas estar experimentando en diferentes áreas de tu vida y plantearemos los objetivos, tanto los tuyos como los míos al acompañarte: estos suelen ser que tú consigas tus objetivos, y además poder generar ese espacio de escucha, seguridad, respeto, compromiso y responsabilidad. En esta primera sesion además indagaremos en tu historia de vida, identificando los momentos más relevantes para ti y poder identificar situaciones y eventos que hayan podido influir en cómo percibes el mundo (y a ti mismo/a) en la actualidad.
Terminaremos la sesión marcando alguna acción para empezar a generar compromiso con tu proceso de cambio y con un cierre de sesión positivo.
Antes de comenzar un proceso de psicoterapia, es frecuente encontrarse con dudas. Podemos sentir que no estamos tan mal, o que podemos resolver lo que nos ocurre solos, o con libros de autoayuda o con el apoyo de un amigo o amiga.
Todo esto es importante, aunque te plantearía que reflexionases si tiene sentido alargar el malestar, el dolor o la incomprensión sobre lo que nos ocurre en el día a día y sobre lo que sentimos.
Quizá es el momento de que des ese pequeño pero importante paso, de que te informes y busques el profesional que sientas que puede ayudarte a comprender mejor tu situación y a generar cambios significativos en tu vida.
La terapia puede ser beneficiosa para todo el mundo. Lo que sí es cierto es que considero que es necesario que haya una serie de requisitos, como la formación del profesional, así como su calidad humana y que haya conexión, confianza y te sientas segura o seguro con el psicoterapeuta que te acompañe. Desde esta relación terapéutica se puede reparar nuestro estilo de apego, y además proporcionarte las bases de seguridad para poder adentrarte y mirar ahí donde a veces no es fácil.
A su vez es necesario que haya un compromiso por parte de la persona que acude a terapia y responsabilidad a la hora de generar estos cambios. La terapia no consiste en desahogarte o recibir consejos, o que una persona te diga lo que debes o no hacer. Requiere asumir un rol activo, tomar las riendas, y estar dispuesto o dispuesta a afrontar miedos y a tomar acción. La función del psicoterapeuta es ayudarte a reflexionar sobre tu situación, analizar las posibles opciones, ayudarte a cuestionarte tus esquemas mentales y generar mayor flexibilidad, pero quien realmente toma las decisiones eres tú.
La realidad es que depende.
Cada proceso es muy variable. Hay situaciones y circunstancias que requieren de menos tiempo y otras para las que son necesarias una atención más prolongada y duradera.
A veces la persona que acude a terapia es para solventar una situación en el momento presente, alguna decisión importante para la que necesitamos orientación o asesoramiento o algo que necesitamos resolver y quizá se soluciona en varias sesiones; otras veces lo que estamos viviendo en la actualidad nos hace conectar con historias pasadas que necesitamos atender, nos hace conectar con nuestra historia de trauma, o nos activa nuestro sistema de apego y queremos trabajar sobre ello, profundizar en nuestra estructura emocional y generar cambios duraderos en nuestra vida, y esto conlleva algo más de tiempo.
También estará influido por la constancia, el trabajo que se realice tanto dentro como fuera de sesión, en el día a día, si la red de apoyo facilita o dificulta los cambios,…
Así que la duración de cada proceso varía. Hay procesos que se inician y cierran en unos meses, y otros procesos que pueden durar años. Todo dependerá de tu situación y de tus necesidades.
Por lo general hay cambios que pueden empezar a notarse tras pocas sesiones (5-6 sesiones), y puede experimentarse una sensacion de bienestar y mejora. Lo que sí es cierto es que para generar un cambio profundo se requiere de afianzar aprendizajes y generar hábitos que puedan mantenerse en el día a día, y para ello necesitamos paciencia y trabajo constante.
A veces iniciar el proceso puede generarnos ansiedad o miedo al ser un ámbito totalmente desconocido e inexplorado para nosotros.
Especialmente si no has hecho nunca antes terapia o si tus experiencias anteriores no han sido muy satisfactorias, puedes tener ideas preconcevidas.
El terapeuta está para guiarte a través de preguntas, a que conectes con los puntos importantes para ti. En la primera o primeras sesiones, se crea la relación terapéutica, y se establecen los acuerdos sobre los que vamos a funcionar.
Por ello tendremos un primer encuentro via telefónica donde te trasladaré toda la información relevante sobre mi formación, enfoque en las sesiones, tarifas, y donde tú tengas espacio para trasladarme lo que te preocupa, tu situación y donde podamos ver juntos cómo podemos abordarlo para que consigas tus obietivos. En esta primera llamada fijaremos nuestra primera sesión para poder comenzar tu proceso.
En la primera sesión indagaremos en tu punto de partida. Atenderemos tu situación actual, los miedos, bloqueos o dificultades que puedas estar experimentando en diferentes áreas de tu vida y plantearemos los objetivos, tanto los tuyos como los míos al acompañarte: estos suelen ser que tú consigas tus objetivos, y además poder generar ese espacio de escucha, seguridad, respeto, compromiso y responsabilidad. En esta primera sesion además indagaremos en tu historia de vida, identificando los momentos más relevantes para ti y poder identificar situaciones y eventos que hayan podido influir en cómo percibes el mundo (y a ti mismo/a) en la actualidad.
Terminaremos la sesión marcando alguna acción para empezar a generar compromiso con tu proceso de cambio y con un cierre de sesión positivo.